miércoles, 26 de noviembre de 2008

Apertura de la escuela al entorno

A través de Bened, el boletín digital de la UNED, recibo esta noticia:el ayuntamiento de Madrid enseñará a 6.000 ninos, 3.000 adolescentes y 500 profesores a usar internet
Obviando el tono pretencioso del titular, prefiero detenerme en subrayar la importancia de potenciar la puesta a disposición de la comunidad de los recursos tecnológicos para complementar e incluso vehicular acciones formativas en torno a la alfabetización digital.
Claro está que previamente habría que indagar sobre el grado de flexibilidad de los planes formativos (a priori las webs recién creadas dejan poca cabida a la gestión autónoma de los mismos) pero detengámonos en lo goloso del proyecto: aulas tecnológicas por barrios; familias, alumnado, profesorado... parece un sueño hecho realidad.

Precisamente en nuestra red de centros se ha priorizado este año la apertura del aula al contexto inmediato para complementar la acción educativa del blog y lograr que no sólo sirva para dar a conocer la vida cotidiana y las experiencias de aprendizaje desde el punto de vista docente, sino que se fomenta la intervención sistemática del alumnado y de las familias recomendando la creación de un taller ad hoc.
Desconozco si en otras comunidades autónomas se ha apostado por este despliegue de aulas tecnológicas: poder disponer de espacios con acceso a la red fuera de la escuela supondría un filón incuestionable para hacer posible una convergencia entre los fines educativos en contextos formales e informales al servicio de una comunidad que progresivamente avanza repensando de forma crítica su rol en la sociedad de la información.
Pero de nuevo toca reflexionar sobre el principal escollo en el uso innovador de las TIC: la escasa indagación y revisión de la práctica docente, de los modelos estandarizados de desarrollo de un currículum impuesto, externo, que no casa en absoluto con las necesidades del centro y del entorno. Y ello porque si nos ofrecen el aula tecnológica del barrio habría quien justificaría su inmovilismo en la ausencia de tiempo.
Tomémonos un tiempo para soñar. Las ilusiones pueden guiar nuestro proceso de cambio a medio plazo hasta el punto de convertirlas en realidades.
A pie de aula, no obstante, reconsideremos nuestro proceso de planificación e intervención para animarnos con logros, muy "de a poquito a poco", pero sin pausa. Seguro que tras revisar nuestra organización de los espacios y los tiempos así como la intervención de las familias en el proceso de enseñanza-aprendizaje, podremos encontrar la fórmula para ir caminando hacia una incipiente comunidad de aprendizaje.
Comencemos, pues, con un ejercicio de reflexión sobre la integración de las TIC planificando/revisando el taller multimedia. ¿Tienen las familias y el alumnado de otros cursos un horario definido para la participación? Todo es empezar... aún faltan dos trimestres por delante para conseguir una cierta sistematización. Pensemos en nuestro taller, en el que participan otros adultos/alumnado más competente y revisemos la experiencia que se presenta a continuación en la que se concede voz a otros sueños: la virtualidad de esta narativa digital reside en el segundo episodio, en el que toma fuerza el protagonismo del alumnado resolviendo dialógicamente una situacion cotidiana, habitual conflicto en el periodo de adaptación en las aulas de Infantil de 3 años.


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