jueves, 23 de diciembre de 2010

Práctica de valor, 4 años

¿QUÉ ES MÁS GRANDE, LA BALLENA AZUL O EL COLE? Beatriz Prieto

Una práctica de valor que ha ocupado y está ocupando un lugar relevante en nuestra aula, gira en torno a la ballena azul. Después de mucho conversar, a principios de curso decidimos que seríamos la clase de las ballenas, nos gustan porque “son grandes”, “no se comen a las personas”, “echan chorros de agua”, “respiran debajo del agua mucho tiempo”,…

De entre la información que vamos llevando al cole, leemos que la ballena azul es el animal más grande del mundo, llega a medir hasta 30 metros, y en clase, nos gusta hacer comparaciones:

Alejando L: la ballena azul es el animal más grande del mundo, más que los libros.

Gonzalo: también son azules, y más grandes que los delfines.

José Rafael: y más que los tiburones.

Antonio Manuel: sí, son más grandes que los papás.

Daniel: más grande que un caballo.

Profe: ¿y hay algo más grande que una ballena azul?

Álvaro: el cole.

José Rafael: no, la ballena es más grande que el cole.

Todos/as: habrá que averiguarlo. (…)

A partir de esta cuestión, tenemos la necesidad de resolver el problema planteado. Esto nos ha supuesto un trabajo de reflexión y conversación al que no estábamos muy acostumbrados, y, pese a todo, creo que ha ido bastante bien.

A lo largo de las semanas, hemos buscado información sobre la ballena y sus crías, y hemos hecho hipótesis sobre cómo podríamos medir un ejemplar adulto:

Adrián: cogemos el metro, Alejandro se pone abajo, yo arriba y la medimos.

Ismael y Adrián: creemos que el cole es más alto que la ballena.

Israel: podemos traer una colchoneta, saltar arriba y ver hasta dónde llega (….)

Hemos planificado dónde y cómo vamos a medirla (“en el patio, porque en clase no cabe”, y “con el metro azul y muchos metros que traigamos de casa, hasta el 30”).

Al segundo intento de medir la ballena en el patio, y después de solucionar cuál es el mejor sitio para medirla, es decir, a la pared más grande, y de poner los metros y cintas métricas que hemos traído, hasta llegar a los 30 metros (fue un arduo trabajo que no transcribo porque tal vez se hace muy largo), vemos que por fin hemos solucionado nuestra pregunta: ¿es más grande la ballena o el cole?.

Ahora nuestro trabajo en el patio, con las lluvias, está un poco estancado, pero queremos retomarlo ya que tenemos nuevas ideas y muchas ganas de seguir investigando sobre este mamífero, porque además: “también los niños son mamíferos, y las mamás también, porque nacen de las abuelas cuando son madres”.

Como maestra, mi objetivo inicial fue esforzarme para poner en práctica todo lo aprendido en cursos, en lecturas y en mi grupo de trabajo, que no es poco: tener en cuenta los intereses de los niños y niñas, dentro de un marco útil y pedagógico, escuchar y registrar sus conversaciones y confiar en que, sus aportaciones, junto con mi intervención y orientación, diesen lugar a prácticas de valor en el aula. Partir de los propósitos iniciales para dar forma a una comprensión ajustada de la realidad. Dar valor a la conversación y a las relaciones como fuente de aprendizaje y no dejar de lado los sentimientos y las emociones de los que formamos parte del proyecto educativo. Y sobre todo, crecer como personas. Después he comprobado cómo se han abarcado objetivos fundamentales del currículo, que también marcan mi práctica docente.

Si parto de la conversación como fuente de aprendizaje, la intervención de los niños y niñas es primordial, ellos han tenido un papel fundamental interviniendo en las conversaciones, en las prácticas y planificaciones. Es cierto que no todos participan con la misma intensidad, pero para todos es importante porque es algo de todos, algo propio donde tomamos decisiones entre todos.

En cuanto a mi intervención, he intentado gestionar la conversación de forma que fueran saliendo del camino los datos, las anécdotas y divagaciones, para dejar paso a las ideas, los planes, las investigaciones, las propuestas y la toma de decisiones. En ocasiones no me ha hecho mucha falta intervenir y en otras he aportado ideas igual que los niños y niñas, sobre todo mi intervención se ha basado en hacer preguntas para que ellos se cuestionaran lo que estábamos hablando, trabajando,…

Se ha generado bastante documentación: conversaciones recogidas, fotos, comentarios individuales de las fotos, hemos trabajado a partir de fotocopias de enciclopedias, dibujos,… y hemos hecho dibujos anteriores y posteriores a la medición y a conversaciones que hemos creído importantes.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola Beatriz! Ya veo como ha avanzado la medición de la ballena. Creo que tu estas dando valor a todo lo que estamos compartiendo en estos cursos y al trabajo que se hace desde el CEP. Los procesos iniciados aportan criterio, analisis, valoración, trabajo compartido, comprensión, conocimiento, conclusiones... Podemos ir más allá, seguro, pero estamos en el camino. Tu ballena sibloliza la medida, contenido imòrtante para las personas, la comprension de su significado, porque para comprender mejor podemos medir y hablar, y conversar...
Hay unlibro publicado de WELLS, en la editorial Joventut, que se llama "Hay algo más grande que una ballena azul" Que también os ayudaria. GRACIAS

Antonia