Quisiera ser esa maestra que enfatiza los procesos de aprendizaje y persigue que el alumno sea capaz de aprender de manera individual, o en grupos de diálogo, pero con autonomía y sin depender del docente; que sea capaz de organizarse, de razonar, de comunicar ideas, pensamientos y experiencias. Deseo ser esa maestra que se interesa por que los discentes aprendan a aprender respetando siempre su autonomía y su desarrollo y estando lo suficientemente cerca y presente en ellos como para ajustar la ayuda pedagógica a sus necesidades. Me gustaría ser esa maestra que entiende que la diversidad es una riqueza y no un problema, que es capaz de propiciar tareas funcionales que promuevan aprendizajes significativos, que favorece un desarrollo integral en su alumnado no centrado exclusivamente en el desarrollo cognitivo sino atendiendo con igual importancia a un equilibrio y una madurez emocional.
Entiendo además que todas estas ambiciones pedagógicas tienen sentido y encuentran su razón de ser dentro de un enfoque constructivista y de este marco de proyectos de trabajo que parte de los alumnos y alumnas, que comienza por escuchar sus voces y por hacer participar a sus experiencias de un currículo escolar cada vez más flexible y más cerca de su mundo real y vital.
Nuria Ordóñez Toledo.
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