jueves, 25 de noviembre de 2010

Comentario de texto. Ana Mª Piosa

Mi labor docente la llevo a cabo como profesora de apoyo para los niños/as de integración en la etapa de Educación Infantil. Esto me permite tener una posición privilegiada ya que, como trabajo con ellos dentro del aula ordinaria, puedo comparar los distintos métodos que cada maestra emplea. Además, debemos tener en cuenta que yo empleo mi propio criterio metodológico. Esto me permite tomar conciencia de los diferentes recursos que cada maestro pone en marcha para conseguir o alcanzar el mismo objetivo. La finalidad de la educación que se desprende, en este caso, del texto extraído del Decreto 142/2007.

En el primer caso, esta maestra sigue una metodología claramente tradicional. El aula está distribuida jerárquicamente estando ella en el escalafón más alto de la pirámide. Por lo que, sus directrices son contundentes y, casi nunca, están consensuadas. Asimismo, no muestra ninguna inquietud por renovarse y poder ampliar sus conocimientos metodológicos.

En segundo lugar, mi labor de apoyo se lleva a cabo en un aula con un método totalmente distinto al anterior, donde los alumnos/as tienen el papel que les corresponde en la clase y no son meros seguidores de órdenes. Participan activamente en todas las decisiones, se respetan y saben hacer de forma cívica. La palabra y la conversación toman su protagonismo.

Después de describir las dos realidades en las que trabajo y de reflexionar con el artículo proporcionado en el curso. He llegado a la conclusión de que en ambos medios se alcanzan las mismas finalidades educativas, ya que tanto en una como en otra los alumnos/as aprenden a leer, escribir, contar, adquirir hábitos de salud e higiene, etc. Es decir, los objetivos generales de la etapa son alcanzados. Sin embargo, en la primera aula los alumnos/as no son capaces de dialogar, discutir o consensuar ideas. No han aprendido a escuchar ni respetar las distintas opiniones, ya que todo se les marca. En el segundo caso, la maestra les plantea un problema y son ellos los que activamente van construyendo su proceso de enseñanza-aprendizaje. La relación entre iguales es muy intensa y rica, llena de matices de buena práctica.

Por todo ello, concluyo que esta finalidad del decreto se puede alcanzar de muchas formas pero que lo realmente importante es el camino seguido, la metodología empleada, el hilo conductor; puesto que, no sólo formamos para que aprendan a leer, escribir, contar,... sino que enseñamos para que los alumnos/as sean personas competentes, capaces de vivir y dejar vivir en sociedad. Todo ello no sería posible sin el uso de la palabra y el respeto hacia la misma.

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