domingo, 21 de noviembre de 2010

EL AULA, UN ESPACIO PÚBLICO DE PERSONAS COMUNICÁNDOSE.
COMENTARIO ANA ZAPATA.



Coincido en que el fin de la educación es conseguir la realización personal de nuestros alumnos con todo lo que eso conlleva. También creo que ahí radica la dificultad de la verdadera labor del maestro. Resulta mucho más fácil el transmitir una serie de conocimiento y desarrollar algunas habilidades y omitir otros aspectos que ayudan a la verdadera realización personal. Es más lento y laborioso el ayudarles a ser personas críticas y autónomas que consiguen descubrir las herramientas necesarias para conocer el mundo en el que viven e intervengan activamente en él.
Trabajar todo esto en clase implica que sea un aula abierta a todo lo que en ella emerja, que todas las voces sean escuchadas, comprendidas, cuestionadas…y que se esté continuamente repensando sobre todo lo que en ella se hace y se dice.
Todo esto hace que la clase esté viva y en continua acción, conlleva movimiento, charlas comunes e individuales, diversidad de trabajos en un mismo momento y en un mismo espacio…todo lo contrario a lo que estábamos acostumbrados o habíamos vivido en nuestra etapa de estudiantes. Quizás por eso nos resulte complicado aceptar la ebullición, con el consiguiente ruido, que se crea en la clase cuando se trabaja con este fin por delante.

En mi clase veo día a día como ellos asimilan, trabajan con más interés y respeto todo lo que es significativo para ellos, como son curiosos cuando algo les interesa y cómo se activan cuando la realidad de la clase es cercana a ellos.





Yo intento conseguir todo esto:

• No dando una respuesta a sus preguntas, curiosidades, no transmitiendo conocimientos sin que ellos antes hayan elaborado un camino para llegar a estos. Ofrezco las herramientas, proponen maneras de buscar lo que necesitan, se plantean hipótesis, se debaten respuestas, se ofrecen distintas posibilidades y se argumenta la elección de alguna… Intento ofrecer un abanico de posibilidades para que caminemos juntos, busquemos la respuesta a todo aquello que nos preocupa o nos ocupa en ese momento.
• Intento dejar en evidencia que no todo es válido, que hay que saber elegir, que hay que criticar con argumentos todo aquello que no nos convence y que esto tienen que saber hacerlo discutiendo, argumentando, con lógica…siempre respetando las aportaciones de los demás y sabiendo escuchar lo que los demás nos quieren decir.
• Al trabajar con los demás aprendemos cómo actuar en sociedad, cómo defender lo que pensamos, aprendemos de los demás, los escuchamos…En nuestras asambleas y cuando trabajamos en pequeños grupos vamos aprendiendo todo esto día a día y vamos aceptando que los demás también tienen opinión de la que nosotros también podemos aprender. Aprendemos a ayudar y dejarnos ayudar, aprendemos a compartir y recibir de los demás, aprendemos a elegir, a debatir, adquirimos nuevos conocimientos y estrategias que nos ayudarán en el futuro y a desarrollar un aprendizaje permanente a lo largo de nuestras vidas.

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