Al releer las narraciones de las sesiones del curso pasado se me viene a la cabeza la comparación de un libro que me estoy leyendo en el que viene a decir que en la vida una no deja de ser una buena surfista ondeando las olas que le vienen... lo importante es el proceso, es el momento en el que vivimos y lo tenemos que exprimir al máximo sin importarnos (al menos hacer el intento...) los objetivos previstos.
Esto es una de las cosas que más me cuestan, el despegarme de la meta y no preocuparme si por ejemplo empezamos el tema de la catedral de Córdoba y terminamos hablando de que la palabra “moro” se parece a la palabra “moco y a mono” provocando en los niños/as mil risas. Sé que es difícil de romper esquemas, pero ante mareos, dudas y no saber por dónde seguir, siempre se ve una salida.
Quiero seguir formándome en ésta manera de concebir la educación, pero me gustaría que pudiésemos profundizar en la manera de resolver los “atascos” del docente cuando se ve con ese sentimiento de pérdida y de no saber por dónde seguir.
A pesar de los descoloques, cada vez lo tengo más claro... merece la pena porque así todos, los niños/as y yo, aprendemos algo nuevo.
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